jueves, 27 de julio de 2017

Cedeira

   El día 26 travesía a Cedeira, unas 30 millas. Amanece nublado, poco a poco va saliendo el sol hasta acabar en uno de los raros días despejados. Como estaba previsto, poco viento y de popa. La costa es áspera, de cuando en cuando se ven pequeños pueblos colgados en las laderas de las montañas, el oleaje va en aumento,



    La entrada del fondeadero de Cedeira casi no se ve viniendo desde el W, lo que si se ve son las rompientes en los bajos. Compruebo la posición, algo incrédulo de que pueda haber refugio, y poco a poco aparece la entrada, que forma un canal no tan amplio como el de otras rías:


   Voy entrando y me parece que con mal tiempo debe ser peligroso, la ola se levanta al adentrarme en el canal, en el que hay un bajo bien señalizado (centro de la foto). Al fondo se ve una playa que me plantea dudas sobre el fondeo porque está enfilada al oleaje. 


    Pero..., a mi izquierda empieza a verse otro fondeadero protegido por el dique de abrigo del pequeño puerto,


   Sigo, y lo que veo es uno de los fondeaderos más bonitos que he estado en todos mis años de navegación. Da protección de todos los vientos y mares, es una dársena natural perpendicular al canal de entrada, no tiene ningún ángulo abierto al mar, el agua está quieta como un lago y tengo la sensación de estar en un sitio muy seguro (no obstante, la guía previene de fuertes torbellinos cuando hay viento):


   Echo el ancla, cervecita, comida y a descansar. A lo largo de la tarde entran mas barcos hasta que finalmente somos doce. Mañana será otro día.

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