Salgo de Cascais el viernes 7 a las 7. El día anterior había estado llamando por teléfono al Puerto de Recreio de Nazaré y siempre salía un mensaje de que no hay línea. El personal de recepción de la Marina de Cascais, muy amable, probaron sin resultado, y me facilitaron una dirección electrónica. Envié el mensaje para reservar amarre y llegó una respuesta automática notificando recibo del correo, pero nada más, así que no tengo claro si quedarme en Peniche o seguir hasta Nazaré, a casi sesenta millas. La previsión es poco viento y poca ola, y eso es lo que hay. Al poco de salir ya veo el cabo de Roca,
y a las dos del mediodía estoy frente a Peniche,
Tengo que decidir si quedarme en Peniche o seguir 20 millas más. Pienso que aún queda mucho dia por delante y sería una lástima terminar aquí la etapa, algún sitio habrá en Nazaré. Enfilo el paso entre la punta de Peniche y las islas Berlengas, la guía dice que puede ser complicado, pero el tiempo sigue muy calmado y el paso, visto al natural, tiene una amplitud tranquilizadora, son varios kilómetros... Pero vaya,..., el fondo disminuye hasta los 30 metros, la ola, que viene del NW, es contraria a la corriente. Resultado: La navegación se vuelve incómoda, tomo nota que con peor tiempo, mejor rodear las islas. Pongo rumbo a Nazaré, la mar mejora en cuanto me alejo del paso.
Llego a Nazaré pasadas las cinco. La siguiente imagen muestra la navegación efectuada:
El puerto de Nazaré es considerado de los más seguros de la costa atlántica de Portugal, aunque solo es un pequeño puerto pesquero. Cuando otros cierran por mal tiempo, Nazaré está abierto. La explicación es el canal de Nazaré, un cañón submarino transversal a la costa y con unos 100 metros de profundidad, que conduce hasta la bocana del puerto y evita que la ola que llega del Atlántico se levante. Al aproximar la bocana preparo las defensas y los cabos de amarre, llamo por radio al Porto de Recreio repetidamente,..., no contesta nadie, así que me dispongo a entrar y amarrar donde sea
(Vista desde la aproximación)
Cuando estoy enfilando la bocana hago una última llamada y me contestan del Club Naval, me dicen que tienen sitio si deseo ir con ellos. Los Clubs Náuticos de España suelen ser un combinado de club náutico propiamente dicho, club social y club de campo. Los clubs navales de Portugal están pensados para facilitar a los asociados las instalaciones y servicios necesarios para navegar, pero sin las comodidades habituales en España (de lo que he visto hasta ahora). Afortunadamente suelen tener algunos amarres a disposición de los transeúntes, y lo básico de las instalaciones queda compensado por un trato muy cordial. Entro en puerto, me dirijo a la gasolinera donde me está esperando el empleado de guardia del club (esto me viene de maravilla porque la gasolinera funciona como autoservicio y el poco viento que había no me habría dejado amarrar yo solo), me explica dónde tengo que ir a activar el poste, y una vez repostado y cumplimentado el papeleo me acompaña a atracar, que resulta muy fácil porque al acercarme dos amarristas se acercan a ayudar.
A la mañana siguiente, vuelta por Nazaré. La parte baja es una cuadrícula de pequeñas calles, algunas muy pequeñas, solitarias y frescas (está haciendo mucho calor), en otras hay restaurantes con asadores al carbón ocupando el espacio disponible,
En la playa tienen varadas unas barcas delante de cada cual hay un cartel que explica para qué se utilizaba y sus principales características,
También hay secaderos de pescado a la manera tradicional,
Tomo el funicular y voy a la parte alta, desde donde hay buenas vistas,
Desde allí se puede acceder a la playa de los surfistas: La ola que se mantiene baja sobre el cañón se levanta en la zona de la playa, con poco fondo. Se han registrado olas de hasta 30 metros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario